Uno de los Jonas Brothers estuvo en Buenos Aires donde hizo delirar a una multitud de niños, niñas, adolescentes y porque no padres.
Fenómeno teen de masas idem, el joven quiere ocupar alguna vez el sillón desde el que Barack Obama le hace creer al mundo que es distinto.
Mejor seguir dedicándose a lo suyo, los menores no votan, te dan de comer y por lo demostrado en GEBA mientras dure el éxito la reelección de parte de ellos está asegurada.
Nick Jonas tiene pinta (que estas lides no es lo de menos, todo lo contrario), carisma, talento, y junto a su hermano encabezan la banda de los sueños de millones de niños, adolescentes y otros que se resisten a dejar de serlo.
Nick canta muy bien, arrastra multitudes, es millonario y tiene una administración impecable que lo sostiene y avala. Y quiere ser presidente de EE.UU. con todo lo que ello conlleva. Pero The Administration de Nick Jonas no es lo que lo sontendría en el sillón desde el que se gobierna y pretende gobernar al mundo entero.
The Administration, es la banda, su banda musical, que tan bien suena, y que debiera hacerlo recapacitar a seguir cantando. Seguí cantando, que los va a enloquecer, como enloqueciste a miles este pasado sábado en el GEBA porteño.
Christopher Bailey en batería, Joshua Dunham en bajo, Marxus Kisky en teclados y Lloyd Thompson en guitarra, conforman esa “The Administration” cuatro morochos tremendos y más confiables que Obama seguramente.
Todos lockeados iguales para la ocasión , traje negro, camisa blanca, corbata negra, los simil CQC, se lucieron durante todo el show, sosteniendo a un Jonas impecable tanto desde lo estético como de lo visual y dirigiéndose a su público con las frases justas y necesarias: “Muchas gracias que vuelven a permitir tocar para ustedes” se despachó justo ante quienes le agradecen a él tenerlo ahí enfrente y debieran agradecerle a sus esforzados padres que invierten un buen dinero por la felicidad de sus hijos que se extenderá más allá de lo que dure el show.
Show que encuentra sus puntos altos en las interpretaciones de Last time around, A little big longer, Who I am, de su trabajo solista y, claro, no podían faltar éxitos de sus Brothers como Love Bug y S.O.S. Tampoco Introducing Me de la película Camp Rock 2.
Nick no escapó a eso que los argentinos bien sabemos, porque muy bien sabemos dar, por eso no sorprende que en su idioma nos recuerde que vino “dos veces con Jonas Brothers y este vez como solista y siempre han sido un público asombroso”.
Tan asombrosa como la version de I saw here standing there de unos tal The Beatles magníficamente ejecutada por el muchachito que tan bien canta y que quiere ser presidente de EE.UU.
No da, Nick, seguí cantando. Estresa menos, te hace igual de famoso y millonario, y millones de pequeños seran felices. Porque anda sabiéndolo, los únicos privilegiados son los niños. Y siempre habrá de ellos a quienes cantarles. Y encantarles.
Nick canta muy bien, arrastra multitudes, es millonario y tiene una administración impecable que lo sostiene y avala. Y quiere ser presidente de EE.UU. con todo lo que ello conlleva. Pero The Administration de Nick Jonas no es lo que lo sontendría en el sillón desde el que se gobierna y pretende gobernar al mundo entero.
The Administration, es la banda, su banda musical, que tan bien suena, y que debiera hacerlo recapacitar a seguir cantando. Seguí cantando, que los va a enloquecer, como enloqueciste a miles este pasado sábado en el GEBA porteño.
Christopher Bailey en batería, Joshua Dunham en bajo, Marxus Kisky en teclados y Lloyd Thompson en guitarra, conforman esa “The Administration” cuatro morochos tremendos y más confiables que Obama seguramente.
Todos lockeados iguales para la ocasión , traje negro, camisa blanca, corbata negra, los simil CQC, se lucieron durante todo el show, sosteniendo a un Jonas impecable tanto desde lo estético como de lo visual y dirigiéndose a su público con las frases justas y necesarias: “Muchas gracias que vuelven a permitir tocar para ustedes” se despachó justo ante quienes le agradecen a él tenerlo ahí enfrente y debieran agradecerle a sus esforzados padres que invierten un buen dinero por la felicidad de sus hijos que se extenderá más allá de lo que dure el show.
Show que encuentra sus puntos altos en las interpretaciones de Last time around, A little big longer, Who I am, de su trabajo solista y, claro, no podían faltar éxitos de sus Brothers como Love Bug y S.O.S. Tampoco Introducing Me de la película Camp Rock 2.
Nick no escapó a eso que los argentinos bien sabemos, porque muy bien sabemos dar, por eso no sorprende que en su idioma nos recuerde que vino “dos veces con Jonas Brothers y este vez como solista y siempre han sido un público asombroso”.
Tan asombrosa como la version de I saw here standing there de unos tal The Beatles magníficamente ejecutada por el muchachito que tan bien canta y que quiere ser presidente de EE.UU.
No da, Nick, seguí cantando. Estresa menos, te hace igual de famoso y millonario, y millones de pequeños seran felices. Porque anda sabiéndolo, los únicos privilegiados son los niños. Y siempre habrá de ellos a quienes cantarles. Y encantarles.
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